La infancia ha marca la vida de los talentos sinaloenses Paty Navidad, Germán Montero, Ely Quintero, Jesús Mendívil, Alicia Gil, Geovani Cabrera, Eladio Flores, El Lobito de Sinaloa, Paola Preciado, Armando Celis, Roberto Monárrez y Édgar Lobo, y este Día del Niño nos lo comparten.

PATY NAVIDAD

La cantante y actriz Patricia Navidad es una amante de la naturaleza, de los animales, de todo lo que conlleva vivir en el campo y disfrutar de la libertad y de la diversión de esos sitios, donde lo mismo se divierten con futbol, que subirse a los árboles.

Paty Navidad siempre ha sido una bella sinaoense.

«Soy muy afortunada, tuve la niñez más bonita de mundo en El Carrizal, fui una niña muy aguerrida, siempre con mucha energía y lo que más me marcó fue esa libertad y esa naturaleza que me rodeó, y me desarrolló de alguna manera mucho más mi sensibilidad en todos los sentidos», me cuenta emocionada.

Paty Navidad recuerda que jugaba a todo.

«Fui una niña que jugó beisbol, futbol, era muy aguerrida; andaba arriba de los árboles frutales, siempre traía las rodillas raspadas de jugar en la tierra, de bañarme en la lluvia… agradezco infinitamente a mis padres, que siempre me dieron mucha salud mental y en todos los aspectos; esa libertad basada en los valores y en disciplina también se me exigían».

«Nunca hay que perder ese niño que todos llevamos dentro, a mí al menos es algo que siempre me da fortaleza, ánimo para continuar cuando de repente se me olvida que por ese camino iba en busca de esos sueños que desde niña traigo, esa niña es la me lo recuerda, me sigue dando esa fuerza y esa alegría».

JESÚS MORENO, EL LOBITO

Para Jesús Bulfrano Moreno, El Lobito de Sinaloa, quien ha dedicado su vida al canto y la actuación, descubrió su vocación siendo un niño de 7 años de edad, lo que lo marcó de por vida cuando Everardo «Lalo» Elizalde lo subió al escenario.

El Lobito sintió atracción musical.

«Mi infancia muy bonita, mi apa siempre ha sido ganadero del abasto, donde está el restaurante La Herradura, ahí nos criamos, era la segunda casa después de ir escuela», rememora El Lobito.

«Me acuerdo que viajábamos mucho a los ranchos nos íbamos al rancho todo el bolón de plebes atrás en la camioneta contando chistes, cantando; y un amigo vio que resaltaba mi voz y en cumpleaños de mi apa estaba cantando Lalo «El Gallo» y él me subió al escenario».

El Lobito tras debutar a los 7 años, junto a Roberto Tapia y los hermanos de ambos.

«En la niñez me di cuenta que cantaba, mi familia se preguntaba: ‘qué pasó de donde salió cantante’; pero si hay, por parte de mi ama, mi abuelo tocaba acordeón, piano, violín, guitarra, cantaba después de la labor del trabajo, y por parte de los Moreno pues Los Viajeros del Norte«.

ALICIA GIL

Desde pequeña, Alicia Gil fue inquieta en la música, y su admiración por una cantante la marcó, al punto que se dedicó a la música como intérprete del regional mexicano.

Alicia Gil

«Algo que me marcó en mi infancia fue el baile con imitaciones por Gloria Trevi, era una pasión por imitarla, aun la admiro mucho; lo hacía con tanto amor, tan infantil, incluso yo hacía los vestuarios a mano y con botones grandes para parecerme más a ella», relata la cantante mochiteca.

Alicia Gil imitando a Gloria Trevi.

«Mi papá nos inculcó el amor por la música, creo que soy la única que nací con un poco del don y lo desarrollé, estudiando piano, danza; ya que mis hermanos uno es profesor, otra doctora y la otra arquitecta».

JESÚS MENDÍVIL

Jesús Mendívil, de El Pequeño Norte, recuerda con cariño, que lo que marcó su infancia fueron sus travesuras, aunque también siente melancolía con un regalo que jamás recibió.

Jesús Mendívil a los 4 meses con su madrina de bautizo, María Elena Ahumada.

«Algo que no se me olvida en mi infancia, fue que me quedé con las ganas de que mi padrino de bautizo me concediera una bicicleta que nunca me compró. Por mucho tiempo me la prometió, y ya pasando los 12 años de edad, me convencí que no me compraría, lloraba por mi bicicleta que nunca llegó», me cuenta Jesús.

«Cómo mi ama nos daba de chanclazos cuando nos peleábamos, ella quiso castigar a Tony y a Enrique, y salió con un cinto en la mano, y yo pensando que me iba a pegar a mi también por travieso, salí corriendo y me tropecé con una silla y me quebré un brazo».

GEOVANI CABRERA

El compositor Geovani Cabrera sabe perfectamente que su don en la composición tiene una procedencia muy marcada, por algo sus éxitos musicales tiene un por qué.

Geovani a los 3 años de edad.

«De niño me encantaba que me leyeran pequeños cuentos antes de dormir, desde entonces me fascinaron las historias de fantasía, que hasta el día de hoy influyeron tanto en mi, que me dediqué a contar las mías propias escribiendo canciones».

PAOLA PRECIADO

A los 7 años de edad, la vida marcó tristemente a la cantante Paola Preciado con una perdida irreparable, que hasta la fecha lo lamenta.

Paola Preciado a los 4 años de edad.

«De chica viví cosas que me marcaron, fui una niña muy querida y consentida por mi madre y mis abuelos; como no conocí a mi padre, mi abuelito fue como un padre para mí, pero desafortunadamente cuando cumplí 7 años mi abuelo falleció en un accidente automovilístico».

«La verdad fue un golpe muy duro para toda la familia y para mi pues perder esa figura paterna que tenía fue algo muy duro de asimilar… aunque sé que desde el cielo él siempre ha sido mi ángel protector y que si algo bueno me pasa es porque él algo hace para que así sea».

ARMANDO CELIS

El cantante y líder de Banda Los Sebastianes, Armando Celis, Chocomilk, tuvo un gran maestro en casa, que lo hizo un hombre de bien.

«A los 10 años me marcó que mi papá nos enseñó a trabajar, él tenía un negocio de jugos y licuados en el Mercado Pino Suárez; y como vivía en la colonia Juárez de Mazatlán, ahí había mucho cholo, mal viviente, y para que yo no viera el ejemplo de ellos mi papá me llevaba a trabajar al negocio».

Armando Celis, Chocomilk

«Veía como trabajaba la gente palmo a palmo, me marcó para ser la persona de hoy en día, me gusta mucho trabajar, soy el que más temprano se levanta y el que más tarde se acuesta. Soy perseverante y estoy tratando de llegar hacía donde las banda más grandes han llegado».

ELY QUINTERO

La cantautora Ely Quintero, quien cuenta con 11 años de trayectoria, recuerda cómo es que tuvo la mejor lección de vida que la ha marcado hasta la fecha.

«Una experiencia buena que me marcó es que siempre quise ser la abandera en sexto año y para eso tenía que sacar el mejor promedio, me decía mi mamá que es maestra».

Ely Quintero fue una estudiante muy aplicada.

«Desde primero hasta sexto llevé el mejor promedio, fue lo que me motivó en la primaria para siempre sacar buenas calificaciones; esa ilusión de llevar la bandera en sexto año y lo logré».

«Eso me enseñó que si los sueñas, trabajas y te esfuerzas, puedes lograr lo que sea, fue mi lección y mi experiencia desde niña que me lo comprobé a mi misma que sí se podía».

GERMÁN MONTERO

Germán Montero recuerda con cariño un regalo muy significativo que los hizo muy feliz siendo un niño.

«Una de las cosas que me marcaron de niño fue cuando mi hermano mayor vivía en Tijuana y me trajo un video juego portátil y soñaba con ir jugando de Los Mochis al rancho, y eso nunca se va olvidar porque hasta el sonido lo recuerdo».

Germán Montero

«Fue uno de los momentos más felices de mi vida, era algo muy impresionante en ese momento, no existía la tecnología y no era fácil de adquirir ese tipo de juego, fui el niño más feliz porque se me cumplió».

ELADIO FLORES

La vida da segundas oportunidades, y esa fue la que marcó al cantautor Eladio Flores, El Loquito del Rancho, siendo un bebé de un año de edad.

Eladio a los 2 meses de edad.

«Me estaba cuidando mi hermano mayor que me lleva como 12 años más que yo, yo tenía como un año, y se durmió. Me salí gateando de la casa y me fui de cabeza en la noria».

«Mi hermana se dio cuenta que mi hermano estaba dormido, y al no encontrarme adentro de la casa, se fue a buscarme y al verme en la noria se lanzó sin pensarlo, salvándome la vida».

ROBERTO MONÁRREZ

Con 20 años de carrera, Roberto Monárrez, quien actualmente se desempeña como acordeonista y segunda voz de Raúl Hernández, nos revela un pasaje muy importante de su vida.

Roberto Monárrez está estrenando estudio de grabación.

«Algo que marcó mi vida para siempre fue cuando tenía 7 años y mi Papá me regaló mi primer acordeón con la que empecé a tocar música y la cual hasta el día de hoy lo conservo y es una reliquia para mi».

EDGAR LOBO

Para el cantante y músico, Edgar Lobo, de Par de Oros, su gusto por declamar poesía lo adentró a la música.

Edgar Lobo declamando en la escuela.

«En la primaria me marcó mucho el echo de declamar poesías, de salir en bailables, a lo mejor ya era mi destino dedicarme en alguna profesión que trabajara frente al público, en ese momento no era cantar pero ya estaba quizá inclinándome hacía ese rubro».

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