Culiacán.- Una obra situada en los años 60, que trata sobre el desarraigo que padecen quienes tienen la desdicha de irse a vivir a otro país (en nuestro vcaso, a Estados Unidos), fue la que presentó el Taller de Teatro Jóvenes y Adultos de la Escuela de Arte José Limón, bajo la dirección de la maestra Jessica Aceves, con Los desarraigados, de Humberto Robles Arena.

En el Teatro Socorro Astol del ISIC, la obra tuvo dos funciones, a cargo de Héctor Javier García Laija, Zulma Sugey Garay Duarte, Laura Yadira Navarro García, Livier Guzmán Cárdenas, Carlos Francisco Vega Morales, Samuel Torres Escobosa, Daniela Silvas Fragozo y Luis Manuel Sánchez Landeros, en un montaje creado para celebrar el Día Mundial del Teatro.

Pancho y Aurelia son dos padres de familia que, por alguna razón, se van a residir a Estados Unidos, con sus hijos, desde Nuevo León. Allá, dos de sus hijos son enviados a combatir a una de las tantas guerras de ese país, y mueren en batalla, y otro más, Joe, sufre las secuelas que deja el horror de la guerra.

Otros dos hijos que nacieron allá, Alice y Jimmy, enfrentan la falta de identidad al no saber si son de aquí o allá, padecen la discriminación racial por ser latinos, la falta de oportunidades, el bullying y otras lacras. Su mismo padre, que trabaja en un hotel, padece la discriminación por su origen.

En el momento de mayor conflicto, tienen una visita inesperada, Elena, una mexicana que, por circunstancias ajenas a su voluntad se hospeda en su casa y que sirve de catalizador a la dura problemática que de repente se abate sobre la familia y brinda la sensatez para encauzarla por buen rumbo, aunque no sin daños.

Es un montaje bien hecho, con una escenografía cuyo moblaje indica la sala de una casa en una de cuyas paredes no falta la imagen de la Virgen de Guadalupe  con sus veladoras, con un cuerpo de actores que le puso todas las ganas y que cosechó los aplausos de amigos y familiares que fueron a verlos y a quienes la historia logró enternecer.

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