Culiacán.- El Instituto Sinaloense de Cultura, a través de su Sala de Formación Lectora, puso en marcha el programa Micrófono Abierto para este año, con la charla As de oros: vida y obra de Javier Solís, a cargo del multipremiado poeta sinaloense Jesús Ramón Ibarra.

En su faceta de bohemio y apasionado de la vida y obra del cantante, el poeta compartió que aún sin ser investigador ni historiador, y sin conocer de manera puntual y precisa muchos de los aspectos de la vida de Javier Solís, se ha adentrado en su vida a través del libro “El señor de las sombras”, editado por la Revista Clío, además de que es un personaje que lo ha vinculado con su familia y el gusto por la música a través de los años y por ser uno de los cantantes favoritos de su padre.

Gabriel Siria Levario, quien nació en la Ciudad de México el 4 de septiembre de 1931 y falleció el 19 de abril de 1966, conocido como Javier Solís, fue un cantante y actor mexicano que llegó a venir dos veces a Culiacán en los años 60 y el gran éxito de su carrera fue muy breve, por el año 1959, cuando se abre la puerta a su fama real, tangible, rodeado de lujo y dinero por las altas ventas de sus discos.

En la charla jugó un papel determinante la memoria, los recuerdos de la familia del poeta, como el 22 de diciembre de 1972, cuando contaba con 8 años, y entró a su casa una consola y junto con ésta, los discos de acetato, en un México de 52 millones y medio de habitantes, que era gobernado por el Presidente Luis Echevería y en el que los habitantes escuchaban mucho la radio.

Recordó que el gusto real de su padre por los boleros fue heredado por su abuelo, y en el caso suyo, el primer acercamiento con la música del cantante, fue a través del disco “Boleros, valses y rancheras”, de Javier Solís, el primer disco con el que tuvo contacto en su vida, en una época dominada por el rock and roll.

“Si elegí a Javier Solís como tema de esta conversación, fue no solo para rendir tributo a sus condiciones como cantante, sino también a la dimensión de su nombre como gestor inapelable de una comunidad que ha transitado, mal que bien, del rock and roll de los años 60, a la explosión de la música urbana, que corresponde al nacimiento de la música del artista hasta el día de hoy”, comentó.

Agregó que cada vez tiene más vigencia, gracias a las redes sociales como Tik Tok, que ha acercado su música a las nuevas generaciones, con temas como Sombras, Llorarás, llorarás, Payaso, Amigo organillero o En mi viejo San Juan, interpretadas por la voz de este cantante de origen humilde, nacido en Tacubaya, quien se descubrió como cantante “por el hambre”, surgido del barrio, y que en su vida fue además ferrocarrilero, carnicero, payaso, y hasta sparring, y quien murió en la cima de una fructífera carrera que lo posicionó como uno de los artistas más conocidos y amados de México, junto con figuras de la talla de Pedro Infante y Jorge Negrete.

Entre los datos mencionados por el poeta, está el que las mujeres fueron una de las grandes obsesiones de Javier Solís, uno de sus ídolos era Pedro Infante, sus grandes compositores fueron Álvaro Carrillo y Agustín Lara, recordó anécdotas de la Caravana Corona, con la que estuvo dos veces en Culiacán, el desaparecido Cine Reforma.

Ibarra comentó que Javier Solís está muy identificado con los jóvenes a los que les gusta la música ranchera, la música de mariachi, y ahí están sus discos y sus temas en las plataformas de música en la actualidad, indica un comunicado.

“Estamos hablando de uno de los personajes de la cultura popular mexicana que es inútil y absurdo defenderlo de cualquier particularidad, porque el hecho de escuchar con atención su voz, lo convierte en un tipo cuyo arte se defiende por sí solo”, dijo Ibarra, de quien Javier Solís fue su cantante favorito del año pasado en Spotify.

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