Culiacán.- “Mi mamá me buscó hasta cansarse, hasta que ya no pudo, y fue y gritó y rompió cosas, y cuando nadie le hizo caso, se fue del pueblo antes de que terminaran con ella… Ojalá un día los gobiernos entiendan que las madres que buscan y gritan y rompen cosas no son criminales; son señoras llenas de amor, que están buscando a sus hijos para abrazarlos y decirles cuanto los quieren”.
Tal fue la frase final y el mensaje que resumió el monólogo Niño del agua, con la dramaturgia, dirección y actuación de Manuel Barragán (del grupo Vaso Teatro, de Michoacán- Guanajuato), en el quinto día del 19 Festival del Monólogo Teatro a una Sola Voz, que se realiza en nuestra ciudad, y que concluye este jueves 4 de julio.
Una tina con agua que en sus inicios sirve de tarima para bailar en las fiestas del pueblo, algo de utilería, algunos colgajos como toda escenografía sirven al actor para ofrecer una historia en la que la mayor parte versa sobre las costumbres y tradiciones en el pueblo de Abasolo, Guanajuato, que inicia con las fiestas de la Virgen de la Luz, en mayo, y las del paseo tradicional al Brinco del Diablo en los cerros que están en las afueras, en septiembre.
Tradiciones como la forma en que curan tradicionalmente el espanto, comidas típicas de temporada, la producción de ladrillos que dan colorido a la narración por más de hora y medio. Pero el meollo del asunto es la desaparición de dos niños de 10 y 14 años, y de la desesperación de las madres al buscarlos pero los echaron dentro de un pozo.
La historia sucede en las fiestas de la Virgen de la Luz, en los años 90, cuando un adolescente de secundaria riñe con Fernando Santos, a quien alguien da un botellazo en la cabeza y se lo achacan a él. El golpeado es miembro de una familia a quien llaman Los Capullos, los malandros del pueblo.
Catorce años tenía cuando lo levantaron Los Capullos y lo arrojan a un ojo de agua cuyas profundidades se comunican con un pozo donde está sepultado Jorge, un niño de 10 años asesinado también por Los Capullos, porque comentó a una amiguita que un pariente de estos se robaba los cochis chiquitos en una granja.
Al Niño del agua lo rescatan casualmente y le dan sepultura a sus restos, dejando solo al protagonista en esa cueva subterránea donde quedó atorado y donde medita en torno a que “el Diablo no existe, o más bien, el verdadero diablo son esas personas que desaparecen a la gente”, indica un comunicado.
EL PROGRAMA
El Festival del Monologo 2024 concluye este jueves 4 de julio, con The Shakespeare Tour, un espectáculo de cabaret para personas adultas, hombres y mujeres cisgénero y trans, con dramaturgia y actuación de Mariano Ruiz, dirección de Olivia Barrera, de Parafernalia Teatro (CDMX).