Culiacán.-Una gran velada disfrutaron los asistentes el domingo al Teatro Pablo de Villavicencio, donde se presentó el espectáculo musical y visual Sinaloa para el mundo, con 14 composiciones musicales que han dado brillo a Sinaloa y que se cantan en el mundo, con un programa a cargo del cantautor Jesús Monárrez, autor de los arreglos, y del cineasta mazatleco Óscar Blancarte en el apoyo videográfico.

En el Festival Cultural Sinaloa 2022 Lo Nuestro, que organiza el Gobierno del Estado a través del Instituto Sinaloense de Cultura, el programa abrió con el famoso Adiós, de Alfredo Carrasco, para seguir con Échame a mí la culpa, de José Ángel Espinoza “Ferrusquilla”, ambas es un estilo modernista, “abaladado”, y cantadas en el estilo de Monárrez.

Le  siguió El quelite, que aunque es del dominio público es una canción que hemos escuchado desde niños en casa, y la no menos famosa y conocida El diccionario, del cantante mazatleco Fernando Valadez, todas con proyecciones de fotos de los compositores y sus biografías, y de los lugares aludidos.

Monárrez con Faustino López, Coty Burgueño y Luis Thomas.

Luego, una de su autoría, Esa mujer, que fue un éxito en la voz de Pepe Aguilar, a quien no quería dársela a grabar, dijo, por sus implicaciones sentimentales, para continuar con  el bello bolero Dios no lo quiera, del culichi Enrique Sánchez Alonso “El Negrumo”, con parte de su familia presente.

Y de Luis Pérez Meza, una de las canciones sinaloenses que más tocan el alma, La india bonita, y siguió con el tema En la vida y en la muerte, del concordense Faustino López Osuna, presente en la función y quien agradeció los aplausos.

Para agregar aquella con la que Monárrez ganó el Festival OTI nacional y el internacional en Miami, en 1989, con Una canción no es suficiente, en la voz de la guasavense Analy, y que en esta ocasión cantaron sus coristas Colette Sánchez (nieta de “El Negrumo”) y Diana Páez, sobrina suya.

Continuó con otra de “Ferrusquilla”, la bellísima Cariño nuevo, y una versión muy particular de El sauce y la palma, de Pérez Meza (“otro himno de los sinaloenses”, acompañada en las palmas por el público), para seguir con el danzonete Culiacán, de Sánchez Alonso, y del mochiteco Pablo Beltrán Ruíz y Luis Demetrio, una de fama mundial, Quién será.

Presentó a los músicos que le acompañan, entre ellos seis músicos de cuerdas de la Orquesta Sinfónica Sinaloa de las Artes, coordinados por el culiacanense Samuel Murillo, y cerró fuerte con una composición de Monárrez a su tierra natal: Mi tierra Madre Culiacán, compuesta en una fría noche de Madrid, en la que extrañó el calorcito de la tierra sinaloense.

Fue la última de esta primera tanda de canciones de autores sinaloenses a las que pone arreglos, y ante la petición de “otra, otra”, adelantó una más, en proceso, por lo que la cantó solo con su guitarra: Hoy comí con el abuelo, del autor mazatleco Juan Salvador.

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