La actriz de la Época del Oro del cine mexicano, Rosita Quintana, falleció este lunes a los 96 años de edad debido a un tumor maligno en la tiroides.
Quintana había sido hospitalizada el pasado 27 de julio, para extirparle el tumor que le ocasionó la muerte.
Sus restos serán sepultados en la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México junto a los de su esposo.
Trinidad Rosa Quintana Muñoz, nombre verdadero de Rosita Quintana nació en Argentina el 16 de julio de 1925, pero se nacionalizó mexicana.
Fue actriz, cantante y compositora, y debutó en el cine en 1948 con la película La santa del barrio del director Chano Urueta, a la que siguieron pequeños papeles en otras cintas como: Ay Palillo no te rajes!. Pero no sería hasta el año siguiente que el público comienza a identificarla por su trabajo actoral gracias a su participación en tres de películas de Germán Valdés “Tin Tan”, Calabacitas tiernas, Soy charro de levita y No me defiendas compadre.
El mismo año conoce al gerente de los estudios Paramount Pictures, Sergio Kogan, con quien comienza un largo noviazgo que termina en boda. Con él procrea a su hijo Sergio.
Ya consolidada como actriz, actuó bajo las órdenes de Julio Bracho en La ausente (1950), junto a Arturo de Córdova, Andrea Palma y Ramón Gay; bajo las órdenes de Luis Buñuel trabajó en Susana, carne y demonio (1950), con Fernando Soler y Víctor Manuel Mendoza; y con Rogelio A. González filma El mil amores (1954) junto a Joaquín Pardavé y Pedro Infante.
El actor con quien trabajó más a menudo fue Luis Aguilar, con quien compartió créditos en nueve películas, incluyendo varias comedias rancheras y un par de historias heroicas ambientadas en la revolución mexicana de principios del siglo 20.
Durante los largos años de su carrera, Rosita Quintana alternó sus actuaciones en la pantalla con su carrera como cantante y compositora, al firmar con compañías como RCA Victor y Musart y darle temas a cantantes como Guadalupe Pineda, Angélica María y María de Lourdes.
En 1960 la actriz obtiene el premio Perla del Cantábrico en el Festival Internacional de Cine de San Sebastián como mejor actriz por la película El octavo infierno (1964), pero tuvo que hacer una pausa en su carrera a causa de un accidente automovilístico que la mantuvo varios días en coma, además de que falleció su ex esposo Sergio Kogan, quedando al cuidado de sus hijos Sergio y Paloma Guadalupe, esta última adoptada.
Su carrera en cine, aunque con pausas siguió hasta finales de la década de 1990, en donde incursionó en televisión, siendo su trabajo más exitoso en este rubro la personificación de una de las villanas de la telenovela La dueña, protagonizada por Angélica Rivera, Francisco Gattorno y Cynthia Klitbo.
Reapareció en el cine en 2005 con la cinta Club Eutanasia, último trabajo registrado de la actriz.