Culiacán._ Novecento, un monólogo en el que el actor Benny Ibarra se desdobla en varios personajes para presentar la historia única de Danny Boodman T.D Lemon Novecento, a bordo del trasatlántico Virginian, en una obra calificada por el actor como «una montaña rusa», que no para hasta que termina, en medio de un sonido envolvente que acentúa las sensaciones tridimensionales del sonido de las máquinas, del mar, de la tormenta y de los músicos de jazz.
Un banco como utilería, el banquito del pianista, lo demás lo hacen los efectos de luz, de sonido, la expresión corporal, el monólogo se presentó en el Teatro Pablo de Villavicencio, en el cierre de la Temporada de Primavera 2022 Vive la emoción, de la Sociedad Artística Sinaloense y el Instituto Sinaloense de Cultura.
La obra del dramaturgo italiano Alessandro Baricco contó con la dirección de Mauricio García Lozano y duró poco más de hora y media, durante lo cual se narra la historia de este personaje, huérfano cuando es abandonado en la cubierta del barco y recogido por un marino negro que le pone el nombre, y huérfano por segunda vez a los 8 años, cuando ese marino muere en un accidente a bordo del trasatlántico, citó el Isic en un comunicado.
Sin documentos que prueben su identidad crece en el barco, y nunca bajará a tierra, ni siquiera cuando, pasada la Segunda Guerra Mundial, el barco es desahuciado y a punto de ser dinamitado para que se acabe de hundir en el océano.
Tras la muerte de su padre adoptivo, desaparece y solo reaparece cuando lo encuentran tocando el piano como nunca jamás nadie lo ha tocado, en el salón de bailes de primera clase, donde el narrador de la historia entabla una larga amistad con él.
Al término del montaje, Benny Ibarra charló con los medios de comunicación en torno a este monólogo.
“Es una de las experiencias más divertidas, donde más aprendo y me meto en un viaje muy intenso, y es que hacer monólogos como que no te deja distraerte mucho y te permite estar en el presente, y aunque el barco encalló un rato por la pandemia, ya lo logramos rescatar, y hace unos días nos reunimos con Mauricio para darle un llegue al texto y al montaje”.
Expresó que es increíble cómo, después de 150 representaciones, empieza a descubrir unas cosas muy ricas, distintas, gracias a esa subjetividad y la distancia que regaló la pandemia.
«Siento que a todos como sociedad nos hizo ponerle pausa a muchas cosas y eso al monólogo le vino muy bien, con detallitos que nos permiten meternos de nuevo en el viaje de Novecento”.
De su paso como músico desde niño, a la actuación en un unipersonal, dijo que la responsabilidad del actor es ser transparente.
«Al final lo que quieres es desaparecer, es decir, que dejen de ver a Benny, al que han visto desde hace 40 años, para que reaparezca contando la historia de Novecento y todos esos personajes», añadió.
“Me siento fascinado por el texto de Baricco, que está muy bien trazado; es como cuando te subes a una montaña rusa que se echa a andar y ya no hay manera de pararla hasta que termina, y lo que busco es tratar de ser transparente para no estorbarle yo como cantante, es decir, diluirlo y que aparezca otra vez el personaje”.
Expresó que para darle vida tuvo que jugar un poco más con el cuerpo para transmitir un poco más.
«Me ayuda el audio que diseñamos, tardamos más de ocho meses en trabajar cada detallito de la obra, aprender el texto lleva su tiempo, pero eso del audio, jugar con el surround (sonido envolvente) que pudimos traer de gira, en una versión que hace que la gente se meta también en el barco, te asaltan los sentidos auditivos, visuales, intelectuales y emocionales”.
“Tengo muchas herramientas y me da mucho gusto que la gente vea este lado mío, que es mi primer amor; me conocen como músico pero, ya cuando era un niño chiquito, acompañé a mis papás al teatro toda mi vida, viendo cómo hacían tal historia, trepado entre carpinteros, tramoyistas, maquillistas… Lo abandoné mucho tiempo, pero es muy nuevo para mí hacer esto”, concluyó.