Culiacán.- En materia de premios, Sinaloa es uno de los estados de la República que más galardones otorga, no solamente a sus creadores y creadoras, sino a personas de toda la República que se destaquen por alguna razón.

Actualmente, son 8 premios los que se entregan, además de algunos reconocimientos, entre ellos el Premio de Ensayo Histórico y Social José Cayetano Valadés, que hoy recibe la investigadora Rosa Margarita González Morán.

Así lo expresó el Dr. Juan Salvador Avilés Ochoa, director general del Instituto Sinaloense de Cultura (ISIC), al entregar el prestigiado galardón a esta investigadora por su ensayo “Las infancias en Sinaloa en el porfiriato: entre vivencias y representaciones”, el cual fue seleccionado por unanimidad del jurado, integrado por la Dra. María Elda Rivera Calvo, el Dr. Jorge Rubén Ibarra Martínez y el Dr. César Jesús Burgos Dávila.

El acto de premiación se realizó este jueves por la tarde en el Centro Sinaloa de las Artes Centenario, donde el titular del ISIC agregó que “el monto de esos 8 premios asciende a 1 millón 130 mil pesos, y destacó que pocos estados de la República otorgan más premios a sus creadores, por lo que hoy es un día muy especial para nosotros”.

“Este es uno de los premios importantes que entregamos a la comunidad académica, a quienes se dedican a la investigación”, dijo. “Quiero aprovechar para resaltar el trabajo profesional que realizó el jurado, encabezado por la doctora Elda Rivera, para su selección”.

Dijo que la hoy premiada es una de las muchas historiadoras e historiadores que han surgido de la Facultad de Historia de la UAS desde su fundación como Maestría en 1980, y consideró relevante el tema del ensayo galardonado, ya que nunca se había tocado a las infancias, y la vinculación que Rosa Margarita hace con el presente es importante.

Por su parte, la galardonada expresó que su investigación sobre las infancias en Sinaloa durante el porfiriato “nació de un deseo profundo de escuchar lo que durante décadas permaneció silenciado: las niñas y los niños que vivieron en México y particularmente en Sinaloa. Muchas veces relegados a notas marginales o a simples cifras estadísticas, ellos fueron en realidad testigos, protagonistas y sobrevivientes de transformaciones sociales, económicas y culturales que moldearon el México moderno”.

Reconocerlos como sujetos históricos no es un acto de nostalgia, dijo, sino un acto de justicia. Hoy sabemos que la historia no solo se construye desde los grandes nombres o desde los grandes sucesos, sino también desde la vida cotidiana, desde los patios de las escuelas rurales, las haciendas, los talleres, los mercados; desde los juegos, los miedos, las carencias y las esperanzas de quienes, aun sin proponérselo, también forjaron país.

“Creo firmemente que este estudio es pertinente para nuestro presente. Vivimos en un país donde las infancias siguen siendo, muchas veces, las grandes olvidadas: en las políticas públicas, en los presupuestos, en la protección social, incluso en el relato histórico. Mirar hacia atrás con una mirada crítica y amorosa nos permite comprender que las desigualdades que heredamos tienen raíces profundas”.

El acta del jurado fue leída por la Dra. María Elda Rivera, quien asentó que “en el trabajo ganador se valoró su sensibilidad humanista, profundidad documental y relevancia social, por invitar a una reflexión sobre la infancia como dimensión esencial de la memoria colectiva”.

El Premio consta de un estímulo económico de cien mil pesos, un diploma y la publicación del trabajo ganador.

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