Culiacán.- Un homenaje teatral a la cantante sinaloense Amparo Ochoa ofreció la actriz María Magdalena Castro en el Teatro Socorro Astol del Instituto Sinaloense de Cultura, donde presentó los resultados de su proyecto de teatro unipersonal El Canto Libertario de la Alondra, realizado con apoyos del Programa de Estímulos a la Creación y Desarrollo Artístico en Sinaloa (PECDAS 2024).
La pieza fue presentada en el marco de la Muestra Estatal de Beneficiarios del PECDAS 2024, que concluye este viernes 3 de octubre, para promover y visibilizar el trabajo de artistas locales que participaron y fueron financiados con recursos de este programa de la Secretaría de Cultura del Gobierno de México, a través del Sistema de Apoyos a la Creación, y el Gobierno de Sinaloa a través del ISIC.

El Canto Libertario de la Alondra fue concebido como un unipersonal, escrito, dirigido, actuado y cantado por María Magdalena Castro, en el que aborda muy dignamente la vida de Amparo Ochoa, cantante originaria de Costa Rica, Sinaloa, donde creció entre cañaverales, canales de riego, y profesora de primaria hasta que dejó todo para seguir su vocación en la música, dando voz y expresividad a numerosos personajes de su vida, entre ellos sus padres.
Para justificar su proyecto ante el PECDAS, María Magdalena alegó que, en la actualidad, no existe una obra teatral que aborde la vida y obra de Amparo Ochoa, lo que representa una gran deuda para Sinaloa, su estado natal, cuyo nombre acaba de inscribirse en el muro de honor del Congreso del Estado de Sinaloa.
Y agregó que la dramaturgia elaborada por ella es un texto pertinente y significativo que surgió de un taller impartido por el dramaturgo Xavier Villanova. Entre el intenso olor a guayaba despanzurrada en diversos puntos del teatro, para evocar la tierra natal, la obra hace un recorrido por la vida de Amparo Ochoa, desde su niñez en esa ciudad costeña, su paso por las aulas donde dio clases.
Acompañándose con una guitarra y unos cuantos elementos como utilería, la actriz caracterizó a la gran Amparo e interpretó algunas canciones más icónicas: «El barzón», por supuesto, Canción de cuna para despertar a un negrito, «Mi abuelo», «Hermosísimo lucero» y otras que marcaron cada etapa de su vida.
Incluye etapas como su traslado al Distrito Federal, su rechazo a la música comercial, su incursión en la música de protesta y su abrazo al canto de trinchera, apoyando los movimientos estudiantiles, huelgas en México y otros países latinoamericano, además de ciudades de Europa.
Cierra con su muerte, a causa del cáncer, que afronta con dignidad en su natal Culiacán, a donde regresó en los 90 para morir y ser sepultada en el panteón de La Lima, indica un comunicado.


