Mazatlán.- Rodeado de amigos, familiares y de un público comprometido, el maestro Manuel Cazares fue el protagonista del capítulo más reciente de Diálogos de nuestra historia, donde en voz propia fue narrando como construyó su destacada carrera como músico, arreglista y productor musical.
Este evento formó parte de la cartelera de la Temporada Primavera que organiza el Instituto Municipal de Cultura, Turismo y Arte de Mazatlán, donde decenas de personas de todas las edades se dieron cita al Corredor Carnaval, para escuchar a un mazatleco prodigioso que recordó y compartió su conocimiento.
Para esta ocasión la mesa de honor la complementaron Alonso Guerra, titular de Diálogos de nuestra historia, y de José Manuel Jiménez, amigo del invitado e integrante del Club Rotarios Mazatlán, personajes que hablaron un poco de la carrera del invitado, dejando el plato fuerte al artista creativo.
Originario de la comunidad de El Roble, Mazatlán, Sinaloa, Manuel Cazares indicó que su carrera la inició en la iglesia de su pueblo a los 8 años, rápidamente se convirtió en el organista de la iglesia, de eso se mantenía y estudiaba música, y gracias a la beca que le consiguió el Padre José Carmona en la Escuela Diosesana Superior de Música Sacra, el camino empezó a tomar forma.
“Allí estudiábamos canto gregoriano, solfeo, piano, órgano tubular, estudié la carrera cuatro años, entonces hice una pausa en mi vida ya que tenía como sueño estudiar en el Conservatorio de Música en el entonces Distrito Federal, tenía que financiarme mis gastos en la década de los 60, no era fácil, se atravesó el movimiento del 68, pero en ese lapso estuve en un grupo musical con el maestro Cristóbal Vallejo y de allí, todo mejoró”, dijo.
Dentro de la laureada trayectoria que tuvo el maestro Cazares, mencionó que trabajó con artistas consagrados como Vicente y Alejandro Fernández, Pepe y Antonio Aguilar, Vikki Carr, Juan Gabriel, Joan Sebastian, entre muchos más, entre los más recientes destaca Gerardo Ortiz.
En la serie de preguntas y respuestas, contó la anécdota que vivió al lado del llamado “cantautor del pueblo”, Joan Sebastian, era un poeta de pueblo, humilde, sencillo, el cual pocos saben que se pudo convertirse en sacerdote ya que fue seminarista, educación que lo llevó a formarse completo y el resultado está en sus canciones, indica un comunicado.