Mazatlán.- El lunes 15 de enero sobre el malecón de Mazatlán a la altura del Monumento a la Pulmonía, la calle 5 de mayo y frente a lo que fue la disco Frankie Oh!, quedaron instalados tres monigotes de “El Hijo de Neri”.
Las esculturas de acero, forradas con tela y papel maché cubiertas con pintura de colores y barniz impresionan al espectador; cada uno de los detalles que saltan a la vista tienen significados mágicos, románticos e iluminados que incitan a pensar en la magnificencia de la vía láctea.
La presencia de El Rey Sol, Sol de la Luna y Eclipse Barroco sobre el malecón, cuentan con el gran marco del Pacífico Mexicano, ese que dice José Alfredo Jiménez que es Algo sin igual.
“La noche, el misterio, lo enigmático de los gatos, va con la luna y va con la bruja”, dice Jorge Gabriel González cuando explica por qué está un gato sentado sobre un cuerno de la luna en una de sus creaciones, además dice que toda la vida ha habido eclipses y se han tomado de distintas maneras, inclusive, en la época barroca es cuando empiezan a tomar otra connotación y el barroco es inmenso, es muy amplio.
Respecto a su participación en la presente edición del Carnaval Internacional Mazatlán 2024 con el lema Eclipse Barroco, expresa que tiene la gran responsabilidad de hacer y de ser una leyenda y Mazatlán es inspirador y es mágico para poder lograrlo porque su gente y sus playas son hermosas, además el trabajo en equipo con gente de Monterrey y Mazatlán lo hacen sentir muy contento.
Jorge González no duda al afirmar que la presencia de su padre – el maestro Jorge González Neri (+) siempre está con él y con su equipo de trabajo para regañarlos y exigirles, indica un comunicado.
“El legado que mi padre me dejó fue el compromiso, su trabajo creativo era mágico, espectacular, tenía muchas ideas”, expresa con emotividad “El Hijo de Neri”.
EL CARNAVAL, UN TIEMPO PARA TRABAJAR
Para Raúl David Morales el Carnaval es una oportunidad para trabajar, él está integrado como ayudante en el equipo de Operaciones del Instituto de Cultura y lo que más le motiva para trabajar en esta área es la cultura sobre los trabajos del carnaval.
David asegura que pertenece a un eficaz equipo humano porque siempre sacan el trabajo adelante, su familia y amigos se sienten alegres al saber que colabora en la organización del carnaval.
“Ellos se sienten felices sobre mi trabajo, detrás de todo esto del carnaval se encuentran cosas de nuestros antepasados, el carnaval viene siendo una de nuestras representaciones”, enfatiza Raúl David.
Marco González en el pasado trabajó en Operaciones del Instituto de Cultura, ahora es chofer de un camión en donde se traslada a los monigotes para ser instalados y dice que trabajar en carnaval es algo que no se puede quitar.
Para Marco, aunque a veces es complicada la logística porque en Mazatlán algunas calles son reducidas, ese factor no le quita la satisfacción de llegar a su casa y contarles la historia del día, esas historias motivan a su familia, además el convivir con artistas y compañeros durante muchos años de trabajo hace que él sienta una hermandad “muy chingona, ya que se les quiere a todos”.
Juan Iram Martínez Reyes, comparte que estos días han sido un poco estresantes y laboriosos, con el tiempo medido, pero ahí van ya casi terminando de instalar los últimos monigotes.
“El estrés nunca pasa, el estrés pasa hasta cuando acaba el carnaval y aun todavía seguimos, pero se aprende a querer el carnaval, se siente satisfacción al ver que todo lo que se colocó, causa en la gente admiración y todo se siente muy gratificante”.
Sobre el monigote que más complicación ha tenido durante la instalación, respondió: “Creo que el más complicado fue el que se instaló en el Monumento al Pescador, por la dimensión de la falda de la mona, tenía 5 metros de altura y más o menos un diámetro de 4 metros, estoy totalmente orgulloso de nuestro equipo de trabajo”, concluyó Irám.