Culiacán.- Con cuatro coreografías creadas en diferentes tiempos y contextos, la compañía Delfos Danza Contemporánea, volvió a provocar el asombro y los aplausos de los asistentes a su presentación la noche del domingo, en el Teatro Pablo de Villavicencio, donde presentó el espectáculo Vientos de cambio, en el marco del Festival Cultural Sinaloa 2022 Lo Nuestro.

La compañía, con presencia nacional e internacional y radicada en Mazatlán, abrió su espectáculo coreográfico con la pieza Geografías del cuerpo, de Xitlali Piña, en la que habla de la violencia que suelen encerrar las palabras cuando no se usan adecuadamente, creando situaciones de violencia, sometimiento y dominación. Actuaron en la pieza Surasi Lavalle, Johnny Millán, Xitlali Piña, José Ángel Rochín y Rodrigo Agraz.

Le siguió Náufrago, de Víctor Manuel Ruiz, basada en un poema del poeta sinaloense Gilberto Owen (Ya no va a dolerme el mar, porque conocí la fuente… Ya no va dolerme el viento porque conocí la brisa…), en un escenario bordeado de barquitos de papel prefigurando el océano y dos personajes que más que náufragos parecen extraviados y que, al romper esos límites, se reencuentran. Actúan en ella Rodrigo Agraz y Johnny Millán.

La tercera fue Secretos, de Víctor Manuel Ruíz con la participación de los bailarines: Xitlali Piña, Surasi Lavalle, Luisa Escobosa, Vanya Saavedra y Katia Rivera, basada en un versículo de Timoteo (“No permito a la mujer enseñar ni ejercer dominio sobre el hombre, sino estar en silencio…») en la que cinco mujeres amordazadas se muestran al final desnudas, sin nada que ocultar.

Cerró con Punto y línea, también de Ruiz, en la que los ocho bailarines tratan de demostrar un principio del pintor Kandinsky, que “la línea geométrica es un ente invisible, surge del movimiento al destruirse el reposo total del punto… un salto de lo estático a lo dinámico», con algunos juegos de luz asombrosos, en los que un personaje parece desaparecer de un punto para aparecer en otro y en la que los cuerpos forman las diversas formas de la línea, al ritmo de tambores que no cesan de sonar.

Con Vientos de cambio, Delfos reúne cuatro coreografías realizadas en los últimos tiempos, pero las muestra no tal cual se realizaron alguna vez, sino cómo cambian tras someterse a procesos creativos que cambian constantemente por su propia naturaleza, permitiendo que la obra evolucione junto con el creado

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